Los pasados días 9 y 10 de marzo se celebró en la Farga de l’Hospitalet la VI edición de La Japan Weekend 2.0.
De esta sexta edición, tal vez lo más remarcable fuera la conferencia sobre “El anime de ciencia ficción” a cargo de Manu Guerrero y la demostración de budô y ninpô por parte de los integrantes de la escuela de artes marciales Mô Ryu Dôjo.

• CONFERENCIA SOBRE EL ANIME DE CIENCIA FICCIÓN
  
  
  La conferencia tomaba como punto de partida la definición de “ciencia ficción” que se remontaba al tiempo de Julio Verne, que evolucionó hasta Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Robert A. Heinlein, este último influenció sobremanera a la ciencia ficción Japonesa. Concretamente la saga de novelas “Tropas del Espacio” (Starship Troopers) cuya portada japonesa de la 1ª novela, hecha por Studio Nue, inspiró fuertemente a los creadores del universo Gundam.
  Más adelante, con el mismo estilo, el Studio Nue realizaría Macross. Posteriormente se hizo especial incidencia en autores como Leiji Matsumoto, creador de Capitán Harlock, Galaxy Express y Queen Millenia, entre otros títulos y Studio Gainax que inició sus andanzas en el mundo del anime con 2 cortometrajes promocionales, llenos de referencias a clásicos de la ciencia ficción, para el festival Daicon. De este mismo estudio nos han llegado animes como Gunbuster (Top wo Nerae), Otaku no Video, Nadia y como no Evangelion.
  A partir de este punto se analizaron los distintos géneros de la ciencia ficción como el Steam Punk, Space Western, Space Opera, Cyber Punk y otras variaciones sobre el tema.
  

• DEMOSTRACIÓN DE BUDÔ Y NINPÔ
  
  
  
  
  Respecto a la demostración de budô y ninpô cabe destacar que fue muy visual. Se centraron especialmente en los ataques con armas y en las artes de defensa utilizadas durante el Japón feudal. Luchadores de diversas edades se “enfrentaban” en el escenario principal, mientras un narrador describía la acción. Durante la hora que duró desfilaron por katanas, nyoibos, armaduras y naginatas y otros utensilios de lo más diverso.
  
  
  
  
  
  Fue especialmente interesante ver la evolución que llevó al samurái a pasar del arco y la flecha y la naginata a utilizar toda suerte de katanas y armas de cercanía.
  También se mostraron algunas de las técnicas habituales de los ninja.
  
  
  
  

• EL RECINTO Y LOS STANDS
  El recinto estaba presidido por 3 figuras hinchables repartidas estratégicamente que representaban a Mazinger Z, Naruto y Asuka.
  
  
  
  
  
  Había una gran mayoría de stands no comerciales donde se podía comprar desde complementos realizados con origami barnizado, hasta amigurumis (muñecos o figuras tejidos a crochet o ganchillo), colgantes, relojes y otros complementos y como no fanzines e ilustraciones (algunas de ellas hechas por encargo).
  
  
  
  
  
  
  La distribución de los stands estaba hecha de forma bastante arbitraria y con poca coherencia. Aunque la organización había establecido que había material que no se podía vender en este tipo de stands no hubo control alguno sobre ello.
  Aunque no hubo mucho movimiento de un público los stands con material fuera de lo común pudieron sacar un poco de provecho.
  Los stands comerciales, en general, sufrieron el efecto de la crisis por parte de los asistentes, los cuales pertenecían básicamente a una nueva generación no acostumbrada a grandes eventos. Se podían encontrar ofertas bastante económicas ya fuera de mangas, animes o merchandissing (entre el que destacaba las kimakuras –almohadas para solteros-).
  
  
  
  
  
  Había un espacio reservado a recreativas en las cuales se podían jugar arcades clásicos emulados, una máquina de pachinko, diversas cónsolas clásicas (Neogeo y Dreamcast) y una slot machine de Lupin III. Había una zona reservada a juegos de baile y otra a torneos.
  
  
  
  

• LOS ASISTENTES
  Aunque los otakus de nueva generación, por no estar habituados a eventos de este tipo, se sintieron a gusto en estas jornadas, los otakus con más rodaje consideraron que había una serie de deficiencias a solventar de cara a próximas ediciones.
  Por un lado se echaba en falta algún tipo de programa con el horario de los actos y la localización de los stands, ya que la única información disponible al respecto era un horario impreso en 2 cartulinas cerca de la entrada. En general la información, tanto interna como externa, estaba mal llevada.
  En opinión de algunos asistentes, este evento debería volver a lo que se planteó en sus orígenes ya que pese a existir packs anticrisis para justificar el precio de la entrada, dista todavía mucho de lo que pudiera ser un nuevo salón del manga. Así pues sería interesante estudiar la posibilidad de reenfoque del evento hacia lo que pudieran ser unas grandes jornadas llenas de actividades diversas sin más pretensión que los otakus pasaen un buen día acompañados de tus amigos y compañeros de afición.