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Los
protagonistas: la gente Los fanzineros pusieron una pincelada de color al salón. Hay de dos clases, los que tienen stand y los pobres que no tienen. Estos últimos iban con sus fanzines a vendértelos en plan pirata o bien en plan lapas. Si te ponías a habla con ellos te lo pasabas pipa y lo bueno es que al final te convencían para comprarte uno. Más de un fanzice cayó, pero de otros me pude librar diciendo que era prensa :P (y la verdad que lo soy) Pero los veías con unas ganas y energías que contagiaban. La verdad es que se lo curraron. Los que tenían stand también se lo curraban, pero de otra forma. Tenían que atraer a los clientes hasta donde ellos estaban y venderles su productos. Unos regalaban pegatinas o puntos de libros por la compra de un fanzine, otros se dedicaron a dejarse fotografiar si comprabas un ejemplar. Y dime, quién se opondría a hacerse una foto con la maravillosa Lamu :P Bueno, pues aquí tenemos la foto en exclusiva de Lamu con su fanzine, esta foto es especial para el CEO :P aunque al final le compramos el fanzine porque tenía unos reportajes que nos pareció la mar de interesantes y divertidos. La verdad es que en los stands de los fanzineros es donde podías encontrar las cosas más interesantes y los más frikis del salón. Los fanzineros vendían sus fanzines y ofrecían productos que habían hecho ellos mismos relacionados con el manga y el anime, como chapas, pegatinas, monederos, y un sin par de material digno de tiendas. También ofrecían actividades paralelas al salón emitiendo vídeos de J-pop, anime y hasta se podía jugar a distintos juegos. |
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